Yolanda Ross es un proyecto interdiscilinar que partiendo de la instalación escultórica, y pasando por la performance da lugar a la video-creación.
Yolanda Ross es un proyecto plástico que bebe la fuente literaria, de una propuesta escénica titulada como ella misma.
Yolanda Ross es una tenista. Camaleónica, pero tenista.
Yolanda Ross es una quimera. Quimera entendida como el mítico ser mitológico de la mitología antigua. Tiene por costumbre acumular poderes. A su implícita androgínia hay que añadirle una gran cabeza de camaleón.
Yolanda Ross es asonante a Roland Garros.
Yolanda Ross es la protagonista de nuestra historia. La historia es cuento que se cuenta para que salgan las cuentas.
Yolanda Ross es coqueta y presumida, algo nada casual entre los de su especie.
Yolanda Ross es, ha sido, y seguirá siendo una fantasía. La fantasía bebe de la fuente de la razón, haciendo uso subjetivo de la misma.
Yolanda Ross es una cuca asesina, que armada con su indestructible raqueta pretende dar fin a la fastuosa instalación que se le pone por delante. ¿Qué motivo puede ser la causa de su desventura? Solo ella lo sabe.
Yolanda Ross es todo esto y mucho más.
La escena se desarrolla bajo una luz fría, dura y fría la voz del narrador. El escenario, planteado como una pista de tenis de moqueta verde, se rige y articula por la disposición de sus líneas, ligeramente más finas que en una pista convencional. Esta se presenta frontalmente; la red divide con orgullo un espacio simétricamente perfecto. Descaradamente artificial. Tras esta, se sitúa JUEZ de silla, cuentista del primer acto. Su indumentaria, de un negro inmaculado, lo mimetizan con el fondo del escenario que aparece en absorbente penumbra. Rigurosamente centrado y sobreelevado por su silla de juez de silla.
White :- El tenis es un ejercicio de triangulación.
Red :- El tenis es un ejercicio de dominación y sumisión.
(Silencio)
JUEZ: Red fifteen
White love
English version
Yolanda Ross, our tennis player, is in a lethal game againts the crystal installation in front of her. Helped by a ball machine, the objective of the player is to give an end during the performance-match to the great and fragile glass framework. The difficulty comes with the exaggerated chamaleon mask that the tennis player barely endure, resulting in a clumsy and ridiculous game, and at the same time, full of complex rituals, seduction and deceive geometrically calculated.